domingo, 5 de septiembre de 2010

We Haven't Turned Around

Retomamos la actividad habitual del blog con una canción de un grupo indie británico llamado Gomez, con ese nombre no puede salir nada malo (esto de compartir apellido con el grupo es lo que tiene, jeje). En concreto, son de Southport, Inglaterra y está formada por: Ian Ball (voces, guitarra), Pablo "Blackie" Blackburn (bajo), Tom Gray (voz, guitarras, teclados), Ben Ottewell (voz, guitarra) y Olly Peacock (batería , sintetizadores, ordenadores).

La banda se caracteriza por tener tres cantantes que hacen las distintas voces de sus canciones y cuatro compositores, participando casi todo el grupo en la creación de sus temas. Su estilo se basa en la utilización de instrumentos tradicionales y electrónicos. Siendo su sonido muy versátil, huyendo de los géneros de música típica tocando un poco de blues, indie, alternativo, rock, folk, psicodelia y experimentación.

La canción que hoy recibimos en el escondite es We haven´t turned around y la podemos encontrar en su álbum Liquid Skin de 1999. Aunque seguramente a muchos de vosotros os sonará porque pertenecía a la banda sonora de American Beauty, gran película del cime americano. La canción destaca sobre todo por su sección de cuerdas que envuelven a la melodía y a la voz creando un aura especial. De hecho, cuando te pones a oír la canción es muy fácil evadirte y lanzar tus pensamientos fuera del lugar donde te encuentras. Aquí podéis escucharla:



Ya que estamos hablando de una canción de la banda sonora de American Beauty, ¿cómo no hablar un poco de esta película? La crítica a la sociedad americana que se muestra es súper cruda, aunque a mi me gusta quedarme más en cómo todos nosotros somos capaces de alienarnos, olvidar cualquier tipo de ilusión, sueño, libertad, vivencia sencilla... solo para mantener una imagen y una apariencia. Como bien dice la voz en off del protagonista cuando empieza la película, os voy a contar mi último año de vida, aunque probablemente estaba muerto bastante antes. Quizás no llegamos a esos extremos, pero si es cierto que nos instalamos en una coma permanente en el que nuestras vidas no tienen ningún tipo de estímulo para poder vivirlas de verdad. Y de postre para después de este tostón que he soltado, la mágica escena de la bolsa de plástico. Nunca la combinación de una bolsa movida por el aire, una música instrumental de fondo y las palabras de un joven ha sido capaz de crear un momento tan poético.

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